El lanzamiento de Windows 8 es inminente y es importante conocer las dos
modalidades del sistema que Microsoft pondrá en el mercado. Se trata de
Windows RT y Windows 8 Pro, dos versiones del mismo sistema, que
pretenden adaptarse de forma precisa a las necesidades de los grandes grupos de
consumidores que apostarán por el nuevo sistema de Microsoft.
Con el objetivo
de ofrecer una experiencia uniforme pero adaptada, Microsoft se ha decantado por
dos modelos principales de Windows 8. Se trata de Windows RT y Windows 8 Pro.
Ambos están basados en el nuevo sistema y su interfaz es común. Pese a ello,
presentan algunas diferencias importantes, que pueden ayudar a los usuarios a
decantarse por uno u otro. No se trata de que un modelo sea necesariamente mejor
que el otro, sino que cada uno cubre una serie de necesidades y
características.
La
principal diferencia entre ambas versiones es que Windows RT está desarrollado
para equipos con arquitectura ARM y Windows 8 Pro para equipos x86 o
x64. Básicamente,
los equipos ARM suelen ser 'tablets',
dispositivos táctiles,
mientras que los que utilizan x86 son portátiles o
PC. Por tanto, Windows RT será más frecuente en equipos basados en
movilidad, como híbridos y 'tablets', mientras que Windows 8 Pro estará más
presente en 'ultrabooks' o PC.
Pese a esa diferenciación, también hay
ejemplos de 'tablets' con Windows 8 Pro, como uno de los modelos de Surface, lo
que suele indicar un hardware más avanzado. Windows 8 Pro ofrecerá más
rendimiento y permitirá trabajar con procesos más pesados, mientras que Windows
RT es más funcional, para tareas más generales. Se trata de una forma de ofrecer
una experiencia adaptada al hardware, sacando el máximo partido en ambos casos
al potencial de Windows 8.
Esa diferencia entre los dos modelos de Windows 8
genera otras divergencias entre ambos sistemas. Por ejemplo, Windows RT estará
limitado a las aplicaciones distribuidas en la tienda de Microsoft y no será
compatible con contenidos no adaptados. Al tratarse de equipos con hardware más
limitado, Microsoft ha optado por esta fórmula para garantizar la mejor
experiencia posible.
El hecho de que Windows Pro 8 se ejecute en equipos
más potentes también permite disfrutar de funciones que Windows RT no recibirá.
Es el caso de Windows Media Center, que aunque no estará en Windows 8 Pro desde
un principio, si se podrá instalar en esa versión del sistema posteriormente.
Sin embargo, la herramienta de Microsoft no llegará a Windows RT.
Además,
aplicaciones como Bitlocker, la encriptación de ficheros y la posibilidad de
iniciar sesión
desde discos virtuales, estarán disponibles en Windows 8
Pro y no en Windows RT. Se trata de funciones enfocadas a la seguridad y
pensadas, sobre todo, para el ámbito profesional. Por ese motivo, la compañía ha decidido que Windows RT no ofrezca
estas posibilidades.
Pese a estas diferencias, son más las
cosas que unen a Windows RT y Windows 8 Pro que las que los separan. El hecho de
que los dos sistemas estén desarrollados sobre la base de Windows 8, el que
compartan el diseño y la tienda de aplicaciones de Microsoft son algunos de los
signos que indican la unión de ambos sistemas. Vistas las diferencias
principales, cada usuario podrá escoger la versión que más se adapta a sus
necesidades.
El nuevo sistema Windows 8 se comenzará a comercializar el día
26 de octubre y hay una gran expectación. Microsoft ha trabajado duro
para conseguir un Windows adaptado a los formatos y equipos que van a marcar el
sector tecnológico en los próximos años.
Fuente:
http://www.lavanguardia.com/